Hundida en la angustia
Y en la desesperación,
Corrí en búsqueda de ayuda,
Pero ella me encontró.
El alma de una niña
Dulce, llena de amor,
Rozó mi mejilla.
Mientras mi alma poseyó.
--“Ahora tu vida es mía”--,
Me dijo con una sonrisa,
--“ahora traeré alegría;
Tranquilízate, señorita”—.
A partir de ese entonces,
Mi vida se volteó.
Ahora soy una niña
Dulce, llena de amor.
Soy una niña porque no lloro tristezas,
Ni tampoco guardo rencores.
Soy una niña pues no sé qué es un problema
Y no tengo preocupaciones.
Soy una niña porque la niña no odia a nadie,
Por más que intentes provocarle.
Soy una niña porque no sé si me haces daño,
No sé si me estás humillando.
Todo me hace feliz,
Aunque existan personas crueles.
Todo me hace reír,
También disfruto del presente.
Soy una niña necia,
Que no se queda callada.
Soy la que no se estresa,
Ni tiene nada de mala.
Soy esa niña sincera,
Que si la maltratas se aleja.
Quien te abraza todos los días,
Pues tiene el alma de una niña.
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