Autora: Astrid Ortiz.
--“¡Buenos días; es hora de despertar!”--. Dijo la enfermera
de Karen. --“ya te toca tu medicamento nena. ¿crees poder tomártelo tú
sola?”--.
--“¡CLARO QUE SÍ!”--. Dijo Karen.
Psicóloga: --“¡BIEN, EXCELENTE!; aquí tienes tu dosis
anotada en éste papel. ¡no lo vayas a perder nena!”--.
Karen: --“¡pierda cuidado!”--.
Se refiere a ti (lector):
--“¿y si mejor me rindo, acabo de una vez con esto y me doy
una buena sobredosis?.
¡excelente pensamiento para tener en la mañana ¿no crees?.
HMMMM, VEREMOS QUÉ PASA EN EL RESTO DEL DÍA!. Por lo pronto
me tomaré lo que me toca de la medicina”--.
Amigos de Karen van a visitarla a su cuarto:
Enserio les dio tanto gusto ver a su amiga, a su amiga que
está feliz, que su autoestima va aumentando, y la invitaron a jugar con ellos.
Pero ésta vez, los amigos de Karen traían plan con maña.
Como sabían que su mayor sueño es ser psicóloga, el juego que habían preparado
para ella es ellos simular tener problemas personales, familiares y escolares /
laborales, para que ella pudiera 1. Sentirse útil y aumentar más su autoestima.
Y 2. Visualizarse en su sueño, y así se la pasaron jugando durante 2 horas.
Por la tarde, el hospital decidió llevar a sus pacientes más
curados al parque, y entre esos se incluyeron Karen y sus amigos. Recordemos
que Karen ahorita es una niña mentalmente, así que no dudó en jugar a las
escondidas con todos los niños del parque y sus amigos.
Bueno, realmente todos la pasaron increíble. Se comieron una
enorme pizza, y la bolsa más grande de snacks que pudieron haber comprado.
Las 6 de la tarde.
--“estoy en mi cuarto otra vez, sin nada qué pensar, sin
nada qué hacer. Todos están conmigo pero aún sigo estando sola. Cuando creo
haberme levantado tarde o temprano me doy cuenta de que así no eran las cosas.
Me toca otra vez mi medicamento, y me lo tomo sin
esperanzas, sin fe, sin ganas de seguir. es como si algo estuviera controlando
mi ego, y por más que traten de subirlo, algo lo jala por los pies y lo
arrastra en el suelo. Por más que intente, nada puede llenarme.
¡Qué hermosa tarde!; ni si quiera mi vida ha sido tan bella.
Siempre termino en las manos equivocadas, en las manos de quien me lastima y me
pisotea.
Quisiera ser como tú, que tienes personas a tu alrededor que
saben amarte. Quisiera ser como ella, que va de fiesta con sus amigas, o
quisiera ser como él, que disfruta de un partido de futbol sin nada qué
preocuparle.
¿te imaginas que yo estuviera en un lugar en donde pueda
soñar en grande?. Un lugar que me garantice la paz, donde pueda estar con el
único que sabe lo que valgo. Ese hermoso paisaje donde puedo ser perfecta,
donde todo es color de rosa, donde todos nos queremos y anhelamos estar algún
día…”--.
Karen agarra su medicamento e ingiere todo el bote.
(fallece al día siguiente).
Hospital inmediatamente llama a su familia, y sus amigos le
escriben cartas diciéndole cuánto la extrañarán (que saben que nunca leerá).
La familia de Karen llega sin poder creer el deceso y
culpando al hospital, a recoger el cuerpo de su ser querido.
Salen con Karen del hospital, sabiendo que al menos ella
ahora sí podrá estar en un lugar mejor.
FIN.
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